Siempre que hablamos de los vidrios, los fenicios son los primeros a se destacar. La leyenda cuenta que algunos fenicios, al desembarcar en la costa de la Siria, establecieron el campamento y construyeron un fuego en arena, huesos y salitre. Poco tiempo después, un líquido brillante goteaba del fuego y se solidificaba rápidamente.
Mismo con esa historia, los fenicios no deben ser los únicos que recibirán la gloria. En el Antiguo Egipto, arqueólogos encontraran el material en las formas de perlas de vidrio colorido, collares, pendientes y botellas sopladas.
En la definición internacional, vidrio es “un producto inorgánico, de fusión, que se enfrió hasta alcanzar la rigidez, sin formas cristales”.
Lo que importa no es la verdadera nacionalidad de los descubridores, sino el propio descubrimiento.